Puede que no lo sepas, pero lo más habitual es que Windows frene su propio rendimiento en beneficio del consumo y la salud de tu ordenador. Si crees que necesitas liberar toda la furia del sistema operativo o tienes un PC que dejaría a los de la NASA en calzoncillos, no tienes más que hacer clic con el botón derecho sobre el inicio de Windows e ir hasta Opciones de Energía. Una vez allí, verás los distintos planes de gestión energética disponibles. Es posible que el plan de Alto rendimiento se encuentre oculto, pero este mundo es para los valientes, así que pulsa sobre Mostrar planes adicionales, elige Alto rendimiento, y a volar.

También te digo una cosa. Si estás en un portátil, la batería te va a durar menos que una cerveza fresquita en agosto, y es más que probable que notes un aumento de la temperatura. Si tu ordenador ya es veterano, puede ser peor el remedio que la enfermedad. Tú decides.